La halitosis, el término médico para el mal aliento, es una afección común y a menudo embarazosa. El mal aliento es más común a medida que envejecemos. Compramos enjuagues bucales, pastillas de menta, sprays, gotas, chicles y muchos otros productos para evitar el repugnante olor de la boca.

Cuando consumimos comidas cargadas de ajo, cebolla, pimiento, etc., nos sorprende que la gente se aparte cuando hablamos. Pero la halitosis crónica puede estar causada por una limpieza dental inadecuadas o poco frecuentes, caries, reflujo gástrico, enfermedades de las encías, visitas al dentista poco frecuentes, fumar o beber alcohol.

Aunque tener buen aliento es importante a cualquier edad, los cambios fisiológicos que se producen con el envejecimiento hacen que la cavidad bucal sea más susceptible a cambios que propician esta condición.

La boca, al igual que el intestino, contiene miles de bacterias. Algunas son bacterias beneficiosas, pero las bacterias anaeróbicas, debido a su fisiología, provocan el mal aliento. Se acumulan en los recovecos de la boca, especialmente los que se encuentran entre los dientes y bajo la línea de las encías. Cuando se les permite multiplicarse, estos microbios emiten compuestos malolientes y sulfurosos, siendo una de las causas de este problema.

A continuación explicaremos los factores más importantes que impiden tener buen aliento:

Menos saliva

La saliva es el desodorante natural de la boca. Pero a medida que se envejece, las glándulas salivales producen menos. En una boca joven y sana suele haber mucha saliva para ayudar a eliminar las partículas de comida que quedan atrapadas entre los dientes y bajo la línea de las encías. La saliva también actúa como un lubricante natural que evita que los alimentos se peguen a las numerosas superficies de la boca, como los dientes, la lengua, las mejillas y las encías. La reducción de la saliva significa una boca más seca que permite que los alimentos se adhieran a estas zonas y ayuda a perpetuar un entorno en el que prosperan las bacterias anaerobias.

Medicamentos

Muchos medicamentos comunes también pueden causar sequedad en la boca. Hay cientos de medicamentos en los que la sequedad bucal es un efecto secundario documentado y, por desgracia, muchas personas mayores de 50 años los toman.

Deshidratación

La disminución de la saliva y los medicamentos provocan sequedad en la boca, pero la deshidratación también es un problema para los adultos mayores. La deshidratación puede aparecer más rápidamente a medida que se envejece, especialmente cuando hace mucho calor en el exterior o durante el ejercicio. Aunque el ejercicio es, sin duda, una buena idea a medida que se envejece, hay que tener más en cuenta la reposición de los líquidos que se pierden con el sudor.

Problemas dentales

Otra razón por la que el mal aliento es más común a medida que nos hacemos mayores es la acumulación de prótesis dentales. Pocas personas llegan a los 50 años sin empastes, coronas, un puente o incluso una dentadura postiza. Con el tiempo, estas restauraciones dentales pueden aflojarse, agrietarse o romperse y crear recovecos en los que las bacterias se acumulan. Esta condición también puede crear depósitos para que la comida y la saliva se acumulen y se descompongan.

Sinusitis crónica

El seno maxilar suele aumentar de tamaño con la edad debido a un proceso conocido como neumatización. Además, la zona de la nariz puede estrecharse y dificultar el drenaje de los senos, lo que puede provocar sinusitis crónica e infecciones sinusales.

La sinusitis (inflamación de los senos nasales) es muy frecuente entre las personas mayores y puede provocar un goteo postnasal crónico que inunda constantemente la boca de bacterias. Cuando se respira por la boca porque la nariz está congestionada, también puede resecarse mucho: la situación perfecta para que se desarrolle la halitosis.

Ahora que sabes por qué el mal aliento aumenta con la edad, puede tomar medidas para evitar arruinar tu vida social. Sigue los consejos de webs especializadas en el aliento fresco y recuerda consultar con tu médico de confianza.

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