Las personas que enseñan algo tienen una gran responsabilidad. Sea lo que sea lo que enseñan,deben desarrollar en gran medida el ponerse en el lugar del otro. Cuando esto no ocurre y el ego entra en la enseñanza que emiten, la vida no lo pasa por alto, es posible aunque les parezca increíble en ese momento, que ésta les ponga a prueba, algunos dirán, eso ya lo viví y lo tengo superado, dando lecciones de moral. Pero la vida no deja de darte sorpresas y tal vez la segunda experiencia que le ponga  no le resulte tan fácil superarla como creía. ¿ Por qué ocurre esto? Para devolverle la humildad.

Hoy en día hay miles de maestros, cualquiera que tenga una red social o realice un cursillo, puede parecer un maestro, con unas frases que puede copiar o que en ese momento se le ha ocurrido, miles de maestros con las nueva era de terapias etc.

Hay momentos que uno está fuerte y la vida te deja explayarte para que muestres hasta que punto lo que dices y lo que haces, va relacionado. Lo que ella quiere saber hasta donde te pones en el lugar del otro. Porque lo que puede ser fácil para uno en ese momento, para el que te rodea pueda que sea muy difícil y aquí es donde la vida puede hacer su trabajo.

La responsabilidad de enseñar

También otra cosa importante ¿realmente que quieres enseñar? Si lo que quieres es que las personas encuentren la paz, mejor no enseñar como defenderse de la guerra, si quieres enseñar la confianza no enseñes como evitar que te engañen , es difícil enseñar a alguien que no tenga miedo si muestras los peligros que puede que le acechen, será mejor mostrar la fuerza que uno tiene dentro y como sacar ese potencial .

Enseña como desarrollar el amor, la confianza, la paz, la entrega desinteresada, la humildad etc, pero esto no se puede enseñar si uno no lo tiene dentro de su corazón, tus enseñanzas al final aflorarán , saldrán dependiendo de lo que albergues dentro.

La responsabilidad de enseñar

Por esto la mejor forma de enseñar es con tus obras, de nada sirve estar todo el día con la palabra amor, humildad, paz, en la boca, si luego tus actos no van de acorde. Sin olvidar que, cuanto más  tienes esa palabra en la boca lo que está mostrando en la mayoría de las ocasiones son tus carencias.

Si quieres reconocer un buen maestro, no te fijes en lo que habla, sino en lo que hace, ya que no son las palabras que dice lo que le definen, sino sus obras. Que te enseñe a ser independiente y a desarrollar tu fuerza interior, sin que luego te haga dependiente para conseguir tu independencia. Un buen maestro tiene más de alumno que de maestro, aunque no necesita decirte que eres su maestro mostrando su “humildad”, simplemente te lo muestra.

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