El glaucoma es una enfermedad en la que el nervio óptico del ojo se daña generalmente debido a la acumulación de presión en su interior, lo que da a lugar una pérdida progresiva e irreversible de la visión. Lo que es más alarmante es que el glaucoma, en las etapas tempranas e intermedias de la enfermedad, no provoca ningún síntoma, incluso si se ha perdido parte de la visión. Esto se debe a que el glaucoma comienza deteriorando poco a poco la visión periférica, es decir, el campo de visión, antes de que comience a reducir nuestra visión central, que en casos graves, podría llegar hasta el punto de provocar ceguera.
Las personas no somos muy conscientes de nuestra visión periférica, estamos acostumbrados a fiarnos de lo que vemos de frente. Es por esto que hacemos incapié en su detección, ya que cuando aparecen los síntomas, puede ser demasiado tarde. La buena noticia es que el glaucoma puede ser diagnosticado durante un examen completo de los ojos y tiene tratamiento.
Diagnóstico del glaucoma
A menudo, el glaucoma es causado por hipertensión ocular, es decir, la presión sanguínea dentro del ojo que daña el nervio óptico, pero se puede tener glaucoma incluso con una presión ocular normal. La presión ocular suele medirse en cualquier examen oftalmológico, típicamente con un dispositivo que sopla rápidamente una pequeña cantidad de aire en el ojo (sí, sabemos que esta prueba es algo molesta, ¡Pero ahora ya sabes lo importante que es!). Otro método, menos utilizado en la actualidad, involucra unas gotas, de color amarillo y azul, que también permite efectuar la medida. Cabe mencionar, que aunque esto le da al oftalmólogo información sobre el riesgo de padecer glaucoma, el glaucoma no se puede diagnosticar con una sola prueba. En el examen ocular, también puede observarse directamente al nervio óptico para determinar si se ve saludable o potencialmente enfermo. Si los resultados de un examen de la vista parecen «sospechosos», existen pruebas adicionales disponibles para ayudar a diagnosticar la patología.
Tratamiento del glaucoma
Las opciones de tratamiento para el glaucoma van desde medicamentos en forma de gotas que deben aplicarse a diario, hasta procedimientos con láser y cirugías oculares más complejas. El objetivo del tratamiento es retrasar la pérdida progresiva de la visión, ya que no existe una cura para devolver al paciente la visión perdida.
Si bien la incidencia del glaucoma aumenta con la edad, los pacientes de cualquier edad pueden desarrollar glaucoma. El hecho de tener un pariente cercano, como un hermano o un padre con glaucoma, puede significar un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
Un método de detección precoz más reciente, que se esta implantando poco a poco en diferentes países es la tomografía de coherencia ocular, consiste en una prueba de diagnóstico que cuenta el número de células nerviosas que forman el nervio óptico, y nos da una idea de si tiene una cantidad normal o baja de células nerviosas. Un número bajo de células nerviosas puede indicar glaucoma.
Dado que la detección temprana del glaucoma puede prevenir la pérdida de la visión, es importante que revises tu visión 1 vez al año. ¡No esperes hasta que sea demasiado tarde!
Muy ilusionada de haber sido incorporada en este blog, donde recomendamos consejos para mejorar el bienestar de nuestros lectores.