Para muchos corredores profesionales de carreras ciclistas, la temporada acaba de comenzar hace unos días. Si bien, entrenarse y correr cada día a día juega un papel fundamental para ir bien preparado y poder recorrer toda la distancia, el combustible que le damos a nuestra máquina (nuestro cuerpo), es también algo importantísimo a tener en cuenta.
Pero no solamente vale alimentarnos adecuadamente el día previo a la carrera, o la semana anterior, al igual que no vale con correr sólo el día antes o la semana antes. Nuestra alimentación tiene que ser la correcta varios meses antes de la gran carrera, para estar a punto físicamente y mantener el rendimiento.
Al igual que la comida, la bebida y los líquidos que se ingieren también son fundamentales para no desfallecer. Para ello, el agua es una parte muy importante, pero por desgracia no tiene los minerales ni todos los electrolitos necesarios para nuestro organismo.
El agua de coco es una bebida fantástica para este cometido, ya que nos aportará los azúcares naturales y electrolitos, sin todos los productos químicos que tienen las bebidas artificiales, como el Gatorade.
Si no te gusta el agua de coco o no la encuentras, echa un vistazo a una tienda de alimentos naturales y busca algo que te proporcione electrolitos, sin todos los ingredientes químicos adicionales.
Sólo te recomiendo que lo pruebes varias semanas antes de la carrera, para ver que tal te sienta. No hay nada peor que probar algo nuevo el día de carrera, y descubrir que te sienta fatal al estómago.
Asegúrate de ingerir los alimentos adecuados durante la preparación, en la carrera y después de ella, para poder recuperarte de manera satisfactoria y maximizar tu rendimiento.
La alimentación que debes seguir
Contrariamente a la creencia popular, la «carga de carbohidratos» comienza aproximadamente 48 horas antes de la carrera. Las cenas deben incluir proteínas magras (pescado, pollo, carne magra, etc.) con una gran ensalada y tantas verduras como puedas, con algún tipo de hidrato de carbono (arroz de grano integral o entero, pasta de grano entero, etc.).
En el desayuno, evita los carbohidratos simples y sustitúyelos por algo de proteína magra (huevos, yogur griego, queso, etc.) y de frutas o verduras.
Si tomas algún tipo de hidrato de carbono, que sea complejo (como la avena o el pan tostado integral), nunca hidratos de carbono refinados (pan normal o cereales). La ventaja de los hidratos de carbono con un índice glucémico bajo es que hacen que se consuman más lentamente, y por lo tanto hay una mayor disponibilidad de ellos cuando los necesitemos durante el ejercicio.
De esta manera, estaremos reemplazando el glucógeno por energía, y la proteína también.
Para desayunar, lo mejor es un batido de proteínas que te proporcionará los nutrientes para que te sientas con fuerzas durante todo el día.
Este puede ser un batido de proteínas para un desayuno completo: 1 plátano, arándanos congelados, proteína en polvo, zumo de naranja (u otro zumo de frutas) o leche vegetal (yo utilizo de almendra, pero puede ser de avena).
También puedes hacerte una gran ensalada con diferentes verduras y hortalizas.
En mis años subido a la bicicleta aprendí que nunca es tarde para abordar un proyecto que quizás esta reservado para los más jóvenes ¡Como yo!